Reproducimos el tramo final de dicha entrevista:
"P: En los últimos años su principal campo de investigación se deslizó desde
R: Mi consulta permanente de los textos de historias nacionales y latinoamericanas, y más en especial de las historias de la cultura (además del hecho de integrar
Dada la creciente importancia que posee en el mundo contemporáneo este segundo tema me pareció conveniente contribuir a darle el relieve que merece, añadiéndole la dimensión histórica y, más concretamente, referirlo a la tradición científica. Mi propósito reviste una intención que excede la académica, para otorgarle un alcance político-cultural, en el sentido de mostrar que en América Latina se hizo ciencia, y a veces “ciencia de punta”, desde el siglo XVI. Los ejemplos abundan; así el proceso de reconstrucción de la ciudad de México pasados los años de la conquista fue quizás la obra de ingeniería más impresionante del Renacimiento; y resultado de una “ciencia mestiza”, si se me permite esta denominación, pues fue realizada a base de los conocimientos de los pobladores autóctonos y la ciencia española. Recordemos además que los dos primeros elementos químicos descubiertos en el Nuevo Mundo fueron el vanadio por parte de Manuel del Río y el platino por Antonio de Ulloa. ¡Y qué decir de las técnicas y procedimientos aplicados a la minería y la metalurgia que Humboldt reconoció como las más avanzadas del mundo! Algo semejante ocurre en otros sectores vinculados a la cultura y a la educación. Así cabe recordar que la imprenta llegó antes a México que a los Estados Unidos; el primer libro impreso en
El primer libro de medicina escrito por un mexicano e impreso en
En síntesis, pretendemos demostrar la existencia de una fecunda y avanzada tradición, la que suele coincidir con los esfuerzos por incorporar las ideas más destacadas de cada momento y los intentos de emancipación mental y política. Sus periódicos retrocesos coinciden con la existencia de regímenes dependientes y autoritarios.
Para nosotros esa tradición científica latinoamericana puede reconstruirse a través de las aportaciones, ideas e influencias de los grandes naturalistas y geógrafos, los viajeros y los médicos, las expediciones científicas, el papel de los observatorios, museos, laboratorios y publicaciones, del “prestigio social” que tuvo en cada etapa, sus vínculos con los sectores productivos, y el valor económico y social que en cada momento se le atribuyó, etc. Y por supuesto que dicha tradición se fue enriqueciendo durante los siglos XIX y XX.
Por otro lado intentamos señalar a las nuevas generaciones el desacierto de creer que siempre estuvimos rezagados y que no es posible entre nosotros, o es muy difícil hacer “ciencia de punta”. La tradición permite advertir que el problema consiste más bien en desentrañar cuáles son las causas que impiden o dificultan sus desarrollo creador y enfrentarlas. Debemos superar los vicios que denunció en su momento Leonardo Torres Quevedo cuando establecía: “Creyeron muchas gentes que para ser hombres de ciencia bastaba conocer las producciones y los trabajos de los hombres de ciencia extranjeros”.
Pretendemos responder a la actitud, por momentos escéptica, de quienes descreen de las posibilidades de trabajar en sus países y aspiran a emigrar."
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