jueves, 30 de agosto de 2007

Comité Permanente del Bicentenario en Argentina


El Comité Permanente del Bicentenario tiene la tarea de llevar adelante obras, fijar metas y crear conciencia en la ciudadanía de cara al Bicentenario.
El Comité Permanente del Bicentenario de la Revolución de Mayo 1810- 2010 está integrado por el Jefe de Gabinete de Ministros, Alberto Fernández; el Ministro del Interior, Aníbal Fernández, y el Secretario de Cultura de la Nación, José Nun.
La construcción del Bicentenario pasa, a mi juicio, por tres lugares. En primer término, por la realización de obras del Bicentenario, que ya se han comenzado a realizar, que tienen que ver con escuelas, con teatros, con restauración de monumentos históricos, con el desarrollo de la infraestructura productiva del país y que, desde luego, deberían ajustarse a una normativa apropiada.
En segundo lugar, la construcción del Bicentenario pasa por la fijación de metas que deberían ir cumpliéndose en estos años, vinculadas a la reindustrialización del país, a la reforma fiscal, a la reforma política, a la reforma judicial. Hay que fijarles fechas en el calendario, de manera de llegar a 2010 con un gran festival que recoja todos los logros de estos cinco años.
Por último, se trata de crear conciencia en la ciudadanía acerca de la importancia de la construcción misma del Bicentenario como un horizonte común que le dé sentido unificador a las obras y metas que debemos emprender de inmediato.
El mayor objetivo al que podemos aspirar es que, en 2010, alguien nos pregunte: “Bueno, ¿dónde está el proyecto nacional?”, y nosotros podamos responderle: “Este día de fiesta es un día de celebración de nuestra independencia, de todas las cosas buenas hechas en el siglo que pasó y, sobre todo, del proyecto nacional que se ha venido desplegando en estos últimos cinco años”. Este es el proyecto nacional: las escuelas, la justicia social, la prosperidad económica, el respeto por los derechos humanos, la concientización y la identidad nacional de toda la población, la disminución de la desigualdad, la consolidación de la democracia.
Por eso estoy firmemente convencido de que vale la pena empeñar nuestras mejores energías en producir con entusiasmo nuestro gran festival, que, como lo entendía el sociólogo francés Émilie Durkheim, no se trata del festival concebido a la manera de una fiesta escolar o de una danza ritual, como si en nuestro caso redujéramos el Bicentenario a un evento que se va a celebrar en el año 2010. Se trata del festival concebido como un gran momento de entusiasmo colectivo, de efervescencia de la sociedad, que la hace revisar sus valores y normas, que la hace cuestionar lo que daba por descontado, que desrutiniza su cotidianidad y altera la mecánica de su reproducción.
Pues bien, nuestra apuesta es que, desde ahora, el Bicentenario se vaya constituyendo en ese gran momento de entusiasmo colectivo que permita replantearnos nuestros modos de construir la realidad y quebrar definitivamente la secuencia de las innumerables crisis que hemos venido padeciendo y que todavía sufrimos.
Si esta es la apuesta, si queremos que el Bicentenario se constituya en un festival a la Durkheim, entonces debemos comenzar a prepararlo y a organizarlo de inmediato porque, pese a las apariencias, momentos así no ocurren de manera espontánea precisamente en la medida en que implican romper con la lógica de sus antecedentes.
José Nun. Secretario de Cultura de la Nación, 15/03/07

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